En las tardes azules de verano, iré por los senderos,
picoteado por los trigos, pisaré la hierba menuda:
Soñador, sentiré la frescura en mis pies.
Dejaré que el viento bañe mi cabeza desnuda.
No hablaré, no pensaré en nada:
Pero el amor infinito me subirá al alma,
e iré lejos, bien lejos, como un bohemio,
por la naturaleza, –feliz como con una mujer.
A. Rimbaud - Franc.
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